Somos un conjunto de vibraciones que le dan forma a una narrativa especial. Una ficción muy cercana a la realidad. Parece un programa de radio. Parecen voces reales. Parece mentira.
En 1950, el genial matemático inglés Alan Turing publicó un artículo inédito y extraordinario donde planteaba que las máquinas podían engañar. Esto se conoció como el Test de Turing y dio lugar a todos los avances que han llevado a la inteligencia artificial a logros increíbles.
Durante 6 meses, encerrado por las condiciones sanitarias, decidí iniciar un proyecto de laboratorio usando los postulados del Test de Turing para crear un experimento estético narrativo con inteligencia artificial que pudiera mentir descaradamente. Me basé en los postulados de Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos contemporáneos más importantes, que plantea que “el cerebro nos miente para sobrevivir”. Así nació este encuentro de un grupo de voces creadas por inteligencia artificial se reúnen a escuchar música de los años 80 y hablar sobre temas que las voces reales no suelen abordar.
Para este experimento trabajé con algunos programas de inteligencia artificial siguiendo algunos postulados de las neurociencias, con una pisca de nostalgia y mucha música inspiradora. Así salió esta experiencia multimedia tan desopilante como curiosa, poética y desconcertante.
Lo que se observó en el laboratorio a través de fMRI, fue que los cerebros de personas que se habían acostumbrado a ser adultos responsables se volvían aleatorios. Las áreas prefrontales de los hemisferios derecho e izquierdo intercambiaban desesperadamente señales a través del cuerpo calloso para tratar de entender qué estaba pasado y darle forma cognitiva a lo que escuchaban. Paralelamente, la corteza cingulada anterior recuperaba la sensación de mariposas en el estómago que había dejado unos 25 años atrás aproximadamente; la amígdala se animaba a confiar de tal manera que hipotálamo ensayaba un nuevo cóctel hormonal. En esta secuencia, se observó también que el hipocampo descubría movimientos, escenas, olores, brillos y besos que estaban esperando ser convocados nuevamente.